(Afér.).1. f. apostema. 2. f. p. us. Persona pesada o molesta. // "no criarle, o no hacérsele, a alguien ~ algo". 1. locs. verbs. coloqs. Descubrir fácilmente a otros lo que sabe, y con especialidad cuando es secreto. 2. locs. verbs. coloqs. Manifestar sin dilación y con franqueza a alguien las quejas o resentimientos que tiene de él. Real Academia Española © Todos los derechos reservados
licencia

po(st)emas by Jose Aguilar is licensed under a Creative Commons Attribution-NonCommercial-NoDerivs 3.0 Unported License.
Based on a work at postemas.blogspot.com.
Permissions beyond the scope of this license may be available at http://postemas.blogspot.com/.
viernes, 9 de diciembre de 2011
DEL TEMOR Y SUS CONTRARIOS
sábado, 19 de noviembre de 2011
LUZ
MANUAL DE INCERTIDUMBRES
lunes, 14 de noviembre de 2011
FALSOS (PERO) REFUGIOS (en mi menor)
viernes, 11 de noviembre de 2011
LUGARES
lunes, 24 de octubre de 2011
TRA(D)ICION
viernes, 16 de septiembre de 2011
SEPTIEMBRE
martes, 21 de junio de 2011
TRAZOS
Los trazos, en realidad, encuentran al pintor
cuando no los busca demasiado.
La intención traiciona el dibujo,
el fin estrangula los pasos necesarios
(para perderse)
el contorno desdibuja, impide
conocer.
Las cosas laten,
vibran,
nos conmueven,
difuminadas,
más por lo que no acabamos de ver
que por cómo se muestran,
más por su resonancia
que por su melodía,
más por cómo no terminan
que por sus esquinas, tan acabadas.
BONITAS PALABRAS
Cuidadosamente elegidas
como las armas del criminal experto
para escamotear el verdadero móvil, la intención
última
[la gente escucha, la mayoría cree
que algo importante va a ser dicho,
la verdad, revelada, revestida de bonitas palabras de celofán]
palabras buscadas entre las más eficaces, extraídas
con precisión de insecto
entre las infinitas posibilidades de no decir la verdad,
cultivadas al calor de lo políticamente correcto,
palabras que, en último término,
no dicen nada
[la gente abre la mirada, la sala
es un nido de silenciosos polluelos
deseando que alguien deposite en su boca
las palabras adecuadas]
el discurso fluye, lubricado
por el almíbar de los adjetivos tan bien educados
por adverbios de buena familia
al aroma de perversos neologismos
sobre un lecho de oraciones subordinadas.
[alguien sufre un ligero escalofrío
por el descenso térmico que compensa
tanta tontería con suéter de angorina]
antes de despedirse, el conferenciante se distancia,
levemente, del atril
como si algo, por fin, pudiera suceder,
por un instante demuestra su santa indignación
que subraya con un (enérgico) final,
con una gimnástica pirueta,
con un atrevidísimo
[temblor]
“me llama poderosamente la atención
que nadie antes...”
[y ya la gente, prácticamente exhausta,
estalla en admiración;
después, ordenadamente, abandona la sala
apenas notando ese leve peso sobre los hombros,
esas bonitas palabras que ahora se alimentan,
con elegancia, tan bien adaptadas,
mordiendo en la yugular]
domingo, 19 de junio de 2011
TACHAR/DIBUJAR/EXPLORAR
Afianzarme en un poema lleno de errores tachones
donde las palabras desechadas postpuestas
queden obvias, expuestas, desnudas, atravesadas;
donde se derrame tinta sobre el mantel
de trazos desangrados, de letras atravesadas ensartadas;
describir enumerar los tonos grises de las nubes de tormenta
encuadrar la realidad mirada,
hacerla mía;
fundamentar una lista un catálogo de hallazgos
reprimir el impulso deseo de hacer de todo tabla rasa,
darle a cada tema su importancia:
la vida no siempre transcurre del otro lado de la ventana;
dormir con la espalda apoyada en la pared
piedra a contra carne y un murmullo susurro de agua desordenada,
música de cristal, copas vacías llenas de nada,
notas que se escogen eligen entre tantas casi iguales,
piedras que se ordenan,
espacios tasados, cielos organizados:
delimitar el placer, regular el tráfico caótico
de un modo u otro,
construir dibujar la senda
(aún a trazos gruesos, a borrones, a torpes intentos)
definir (acabar) fronteras
y, en ese estrecho gesto de la línea que se inventa, que excluye,
explorar
(tachando palabras).
jueves, 5 de mayo de 2011
GENTE
Gente en busca de áticos. Gente doblando esquinas.
Gente entretenida mirando el hilo blanco y recto que dibuja un avión lleno de gente preguntándose, otra vez, por qué.
Gente indiferente ante ciertos aromas, por otro lado, ineludibles.
Gente que busca a otra gente (y gente que come gente).
Gente capaz de tanto, atascada tras el camión de la basura que deja (ellos creen) otra gente.
He visto gente más allá de las Puertas de Orión, aunque ellos eran incapaces de notarlo.
He conocido gente obsesionada con no parecerlo.
He conocido gente (y también escritores).
He deducido algunas reglas para entender a la gente que insisto en aplicar con la esperanza de hacerlas fracasar una y otra vez.
Gente merodeando las casas de empeños. Gente que sigue confiando en las cajas de ahorros.
Gente que siempre vive en las casas de enfrente.
Gente que hace que otros parezcan felices (aunque estos últimos lo negarían).
Gente incendiaria y gente en peligro de extinción.
He conocido gente que parecía salida de una novela y pocas novelas donde saliera, de verdad, gente de mentira.
En ocasiones he supuesto el invierno por lo abrigada que iba la gente.
He leído palabra por palabra algunas miradas y he fingido ser gente entre la gente. Nunca he sido descubierto.
He conocido gente muy triste que desearía habitar en libros de instrucciones.
Gente que nunca pidió perdón.
Gente como notas desafinadas (y el correspondiente papel pautado).
Gente adrede, gente sin querer, gente deshabitada envuelta en gabardinas de tonos (excesivamente) pálidos.
Gente encontrada y gente echada a perder.
Gente como una Luna, orbitando alrededor de una norma. Y su cara oculta.
Gente atrincherada, sin asomo de guerra.
He puesto mucha gente en un papel (y quizá no era el momento adecuado).
jueves, 28 de abril de 2011
FORMULAS PARA GESTIONAR EL DESEO
(I): ORACION SUBORDINADA
Funciona a pilas
de agua bendita;
depositada la confianza necesaria
a golpes de susurro, a veces incluso
a golpes de pecho,
se deja macerar a un ritmo lento,
como cualquier otra esperanza
(excepto las cortazarianas)
y se abandona, si es posible,
junto a velas, bajo bóvedas acristaladas
o en oscuras capillas
(que puede opcionalmente adornar
con porosas osamentas
como simple decoración o para mejorar el efecto).
Se obtiene después,
siempre,
lo que Dios quiera.
Puede repetirse cuantas veces se precise
con idéntico resultado.
(II): DESAMAR
Ahonde en subterfugios,
vigile su espalda (la de él/ella, claro),
hágase (por una vez) la/el interesante.
Responda de forma críptica,
casi jeroglífica,
ante sus preguntas sin sentido
(por ejemplo: “¿salimos?”).
Sea hosco/a, sin sutilezas,
cuando sea necesario.
Sea cruel.
No se corte
(salvo, quizá, en las muñecas
pero como simple advertencia).
Cuando se vea solo/a,
desamado/a,
el deseo resurgirá,
enorme,
desalmado,
ya inútil, para siempre.
Insista, si es necesario
y si tiene el valor suficiente
(perfectamente desenfocado).
(III): AMBICION AMBIGUA
Quiera, pero no tanto
o no siempre
o no a lo mismo
o varias cosas a la vez.
Quiera y no quiera
(incluso querer)
y dude desde ambas
incómodas posturas
(y sus combinaciones).
Ambicione el desapego pero
adhiérase, ferozmente, a causas ambiguas,
lidere empresas arruinadas
sin pestañear
y viva, como si tal cosa,
el deseo desbocado, libre, sin objeto concreto,
la satisfacción de ser capaz de amar
cualquier cosa, sujeto
o predicado.
Ambiguo, observe el mundo
con la sagrada mirada de la indiferencia
(y no permita que se le vea llorar).
(IV): PROCRASTINAR
Sea tenaz:
ni se le ocurra culminar,
terminar, dar brillo, cerrar nada.
Deje siempre para la vida postrera
lo que pueda completar esta misma tarde.
Su vida se poblará de proyectos,
ideas, tareas infinitas como océanos medievales,
selvas inextricables, laberintos llenos de sentidos;
recupere aquellos deberes de primaria
que nunca terminó y dígase:
“soy coherente, siempre fui así”
mientras resiste el impulso de concluir
esa sencilla raíz
cuadrada
(o el problema de los trenes que se cruzan).
No deje de aplazar, dilatar,
dilapidar;
amplíe los plazos y ellos le traerán
una incómoda sensación,
un estúpido (pero irresistible) deseo
de volver a empezar
(una enésima cosa).
En fin, procrastine a mansalva,
procrastine todo,
pero fundamentalmente, el fin
(es lo más difícil, por eso, insisto:
cras, cras,
deje el fin para otro día).
El dolor al reconocerse
cruzando alguna meta,
puede que sea eso,
¿quién sabe?
Usted,
nunca,
desde luego.
miércoles, 27 de abril de 2011
A CIENCIA CIERTA
(desde Bill Bryson, Una breve historia de casi todo)
En 1717, Daniel Gabriel Fahrenheit desarrolló el primer termómetro de suficiente precisión. Después lo calibró situando el punto de congelación del agua en 32 grados y el de su ebullición en 212. Todavía se desconoce porqué utilizó esos números y, de igual forma, cómo alguien puede ser tan brillante e irracional simultáneamente. Ni cómo calibrar ambos extremos.
La Corriente del Golfo transporta, a diario, una cantidad de calor equivalente a la producción de carbón mundial de diez años. La Corriente del Golfo es, por tanto, un fenómeno colonialista, gratuito y claramente insostenible que sólo persigue el bienestar de las Islas Británicas.
15 centímetros cúbicos de greda de Dover (no me pregunten: busquen en Internet) contiene más de 1000 litros de CO2 comprimidos. La greda de Dover es, por tanto, una (bellísima) arma de destrucción masiva (sin espoleta).
La Naturaleza, esa fuerza audaz y, por tanto, desmanotada, lanza a la atmósfera unos 100.000 millones de toneladas de CO2 al año, casi 30 veces más que los humanos con sus coches y fábricas. En su disculpa diremos que la Naturaleza no ratificó Kyoto (pero viceversa).
El agua lo invade todo: una vaca es un 74% de agua, un humano, alrededor de un 65%, una patata un 80%. Desde este punto de vista, nos parecemos más a una patata que a una vaca. Lo que resulta realmente alarmante (y milagroso) es que un tomate, con lo bien que le va al pan en determinadas comunidades autónomas, sea un 95% de agua.
Si el mar decidiera desecarse y el viento, después, esparciera su sal habría suficiente cantidad de ésta para cubrir toda la tierra del planeta con una capa de 150 metros de espesor. Menos mal que el mar, tan salado, paradójicamente, no sabe.
Dice David Attenborough que la ballena azul tiene unas proporciones tan gigantescas que algunos de sus vasos sanguíneos son tan anchos que podrías bajar nadando por ellos. Dice Woody Allen que para qué.
Los picos de los calamares gigantes, obviamente indigeribles, se acumulan en el estómago de sus depredadores, los cachalotes, formando sus restos una pasta informe y gelatinosa llamada “ámbar gris” que, tras extraerse de los cadáveres de estos bellos animales marinos, se emplea ampliamente en perfumería. Supongo que a partir de ahora verás tus cosméticos con otros ojos (o picos).
Las malas intenciones no ocupan lugar: un virus es un trozo de ácido nucleico dispuesto a joderte la vida, en cualquier momento. Y, atento, un compañero de trabajo es mucho más grande que un virus.
Al final, los científicos son los únicos que no saben nada a ciencia cierta.
sábado, 16 de abril de 2011
JUEGO DE SUMA CERO
Hoy
perotambiénayeryporquénomañana
nos jugamos la vida
y me apuesto tu muerte
a que salga un siete
en este dado solitario
a que te parta un rayo
sin indicios de tormenta,
a que no haya Mayo
esta primavera.
Hoy,
estamismatarde,
me juego la vida
en un duelo a primera sangre
o a última coronaria.
Mañana,
en el hipotético caso
de volver a disponer de
risa
hambre
y reflejo,
—y no sin una cierta amenaza
de defunción—
funcionaré
de prestado
aguardaré
disimulando
despistaré
haré como que no aprecio
—no, no tanto—
la vida,
no sea ya,
no sea que,
no sea yo.
Te echo una carrera,
de tu nombre
a tu epitafio,
desde el llanto
hasta el quinto o el décimo
aniversario.
Y a ver si ganas:
me juego la vida.
martes, 12 de abril de 2011
DE LO INUTIL
jueves, 7 de abril de 2011
EN LA INTIMIDAD DE LOS GOBERNADOS
(desde John Berger)
En la intimidad de los gobernados
surgen dudas que agarran
como raíces de olivos centenarios;
manos hechas jirones de despedirse
ordeñan las cabras,
casi destilan, con delicadeza, la leche
imposible y blanca,
a la luz salvaje del mediodía,
de tantos días demasiado iguales.
En la intimidad de los gobernados
hay una determinación de tierra
y agua dulce,
y también hay hombres que juegan a perder
apedreando oficiales de distinta graduación.
A la sombra de los muros
se tejen sueños de fiebre y romero,
se oye el ruido del casquillo
que cae, junto a una bota de cuero español,
quién lo iba a pensar,
solo un poco más tarde
que el cuerpo de un niño.
En la intimidad de los gobernados
hay algo muy distinto (y más fuerte)
que la esperanza,
hay todo lo contrario de una paciente resignación
y algo cercano a un licor fuerte y amargo,
algo difícil, raro,
no sólo por lo excepcional,
sino por lo esencialmente humano.
En la intimidad de los gobernados
hay siempre un puñal
dispuesto a despertarse,
la fuerza de la arena
contra un muro de hormigón.
lunes, 4 de abril de 2011
FUTBOL
Mi tristeza ha sido la campeona de la Liga de invierno.
Me he dedicado a regatear,
como una mosca entre las cruces del cementerio,
idiota,
con esa leve pulsación en la cabeza
y sin advertir la cercanía del hilo de la tela de araña.
La vida es lo que sucede entre dos copas de Europa.
Y ahora tengo síntomas de Agosto.
El campo limita al Norte con el Mar Muerto
y al Sur con la jubilación.
La línea de cal parece querer atraparme hacia su abismo
y me ha parecido ver la senda que marcaba el carrilero de este mismo equipo
en los ochenta.
La prórroga, tan sobrevalorada, ofrece en realidad nada,
a destiempo,
siempre.
Hubo un momento para haber dado el pase que imaginé
que se curvaba como un sueño lleno de mirlos
y aullidos.
Siempre sucede lo irremediable:
ya han privatizado los saques de esquina
y alguien grita ¡imaginación! desde el Fondo Sur.
Mejor sigo siendo balón.
sábado, 2 de abril de 2011
LA VIDA SECRETA DE LOS PASEANTES
A L.
Los ves a cualquier hora,
a paso lento,
bien provistos de periódicos,
bolsos, abrigos, gafas de sol,
gestos que utilizan como escudos.
Los ves.
Te dedicas, por un momento,
a recomponerlos: con pocos indicios,
cuatro gestos, un detalle,
pecios, briznas de lana,
medias palabras;
con tan poco, los ves.
Los ves y, también, los imaginas,
con una aplicada inteligencia,
que sólo los más bobos
calificarían de “intuición”;
deduces, en un instante,
la vida secreta de los paseantes.
Reconstruyes vidas
que puede que no sean,
que no son o que no fueran,
inventas, retuerces, exprimes fragmentos
que, para otros, son accidentes inconexos.
Y todo encaja.
Y nada -o todo- de lo que deduces,
de lo que sabes,
es ficción.
Tus historias son, ya,
sus verdaderas vidas
(ellos se equivocan al recordar
o al mirarse en un espejo:
sólo pueden -eso mismo- especular).
Recompuesto el puzzle de sus peinados,
de sus chaquetas, de sus acompañantes
(nunca son casuales los acompañantes),
las horas y cadencias al caminar,
y de esos -¿no te habías fijado?-
calcetines desparejados,
adviertes las manchas que hirieron corbatas,
los botines ajados que una vez -deduces-
fueron elegantes.
Sólo una historia encaja.
Sólo una.
La arquitectura,
la puesta a plano,
la cuidadosa deducción,
la anatomía de un saludo,
el tono menor de una mirada.
Otros leen novelas,
incluso ensayos,
¡o poemas!
Nunca aprenden nada.
Mientras tanto,
tú, con sólo percibir , apenas, su aroma,
conoces su vida entera,
recorres el hilo que los ha conducido
hasta esta calle,
hasta este domingo,
desnudos frente a ti
(aunque se te enfrió,
otra vez,
querida, el café).
lunes, 28 de marzo de 2011
ESTAR A SALVO
Quiero salir indemne,
como una monja en una caja de ahorros:
estar a salvo de cualquier peligro
vivir sin ganarme la vida
(y que ella me gane a mí).
Quiero vivir de una pieza,
aunque me caiga, a trozos, a cada paso,
ser hombre de palabra
(pero entre paréntesis).
Me pido un rito solemne
para el día de mi excomunión,
una oración de pega,
una suerte de Kredo del Santo Sarkasmo.
Y estar a salvo,
sin embargo.
Quiero ser contradictorio:
que no se me haga caso
mientras llamo la atención
por no quemarme a lo Bonzo.
Refugiarme donde no haya espejos
construir aprovechando escombros,
leer los renglones torcidos
de los poetas malditos:
que me atraviesen con sus estocadas
llenas de adjetivos imprevisibles
(y certeros golpes de adverbios).
Quiero todos los pronombres
en minúsculas.
Y estar a salvo, aproximadamente.
Quiero atravesar furioso un mar en calma,
alimentar con cereales de desayuno
a los tiburones que rodean la nave,
llegar a playas y escribir mensajes
que llenaré de mentiras
y meteré en indestructibles botellas de agua
de baja mineralización.
Viajar, de cuando en cuando,
a salto de mata, con un plan bien trazado,
hacer fotos, dar abrazos, admirar templos
que perderé entre el huracán de mi desmemoria.
Y estar a salvo.
¿Lo había dicho ya?
jueves, 3 de febrero de 2011
ANNA AJMATOVA HACE COLA
Anna
Hace cola frente a la prisión.
Ahora
Anna es de piedra y de recuerdo.
Lleva,
en un gran bolso de lana,
comida caliente
(calor, sólo por un momento).
Su hijo,
—como nosotros—,
hace ya diez años
o hace ya mil versos,
—¿son tantas las palabras
porque nunca son suficientes?—
sigue encerrado,
al cuidado del frío,
en el centro exacto del miedo.
Calor, solo por un momento
en las celdas pintadas de luna nueva.
Cuando la luna es de melón…
Anna
recuerda esa noche:
hace ya diez años
—o hace ya mil versos—
que se nos llevaron.
Anna es de piedra y de recuerdo,
siempre en pie, frente a la prisión.
Piensas que esto es trabajo…
Alguien dice algo así como:
Tu marido,
tu hijo, los amigos:
tu trabajo es mantenerlos vivos
y hacer transparente
el muro de la prisión,
defender a tu gente,
a su memoria,
desprender de la Historia
las Letras Mayúsculas
con las que nos someten.
Anna
hace cola,
es piedra,
frente a la cárcel,
ahora es todas las madres
(calor, solo por un momento).
Alguien le ha recordado
que también de piedra
están hechos
algunos poetas.
Ahora
Anna escribe en su memoria
—que ya es la nuestra—
escribe
donde la gente padeció
su desdicha.
AD-HERIRSE
Al menos,
llegado el caso,
deberíamos devorarnos
de frente.
Al menos
dar la cara,
mirarnos
(y recordarnos así)
cuando perdemos
la razón.
Afrontar, encarar,
enfrentarse.
Sin parpadear.
(Antes de la herida
puedes oír el sonido
de la navaja
cortando el aire)
(Antes de la sangre
y del dolor
—antes de todo lo demás—
está esa mirada
—la mirada—)
No descuidar ni un detalle.
Un movimiento.
Un temblor.
La intención.
Viene,
se advierte entre nosotros
—el propósito es claro—,
contamina nuestra respiración.
Sólo de frente
se puede luchar,
hendir la hoja, matar.
Solo y de frente:
la espalda es para los muertos
(y ellos —seguramente— supieron por qué).