Hoy
perotambiénayeryporquénomañana
nos jugamos la vida
y me apuesto tu muerte
a que salga un siete
en este dado solitario
a que te parta un rayo
sin indicios de tormenta,
a que no haya Mayo
esta primavera.
Hoy,
estamismatarde,
me juego la vida
en un duelo a primera sangre
o a última coronaria.
Mañana,
en el hipotético caso
de volver a disponer de
risa
hambre
y reflejo,
—y no sin una cierta amenaza
de defunción—
funcionaré
de prestado
aguardaré
disimulando
despistaré
haré como que no aprecio
—no, no tanto—
la vida,
no sea ya,
no sea que,
no sea yo.
Te echo una carrera,
de tu nombre
a tu epitafio,
desde el llanto
hasta el quinto o el décimo
aniversario.
Y a ver si ganas:
me juego la vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario