de palabras
desactivadas
insulsas
amortajadas
amenaza con dejarme exhausto.
El mantra aburrido de frases con demasiado
—o demasiado poco— sentido.
La monótona monserga,
la lenta procesión de las santas obviedades,
los tópicos dos por uno o siempre a precios bajos,
los lugares comunes de obligado consumo.
Surgen
de entre las hojas de los periódicos
de las novelas
de los poemas
de los labios de locutores radiofónicos
de las ventanas,
de las cafeterías,
de un vecindario locuaz,
demasiado ruidoso.
Palabras
domesticadas,
imprecisas,
inexactas,
palabras mal orientadas,
pasto para las llamas,
palabras, incluso, rimadas.
Quizá sólo salieron a divertirse
y mi mal humor las espanta.