Estoy mal:
las necesidades cubiertas,
el deseo anegado.
¿El horizonte?:
Todo hamacas y gin-tonics.
Estoy mal.
Muy mal.
Se hace imperativo cambiar
de rumbo, de plan,
inventar una cartografía
donde lo único seguro
sea la vida,
cambiar el paso,
arriesgar,
sentir de nuevo
la orfandad,
decidir una
de entre las ¿dos o tres?
cosas esenciales:
Cuidar de una amistad,
Hacer reír a los sobrinos,
Amortiguar la ignorancia,
Viajar sin salir de casa,
Amortajar la esperanza.
¿Cuál es el modo de establecer las cuestiones adecuadas,
la hoja de ruta para hacer(se) las preguntas más (im)pertinentes?
Estoy mal:
Blandeo, perplejo.
Retrocedo.
Abandono cualquier reto.
Leo.
(Pero leo poesía).
Chaval.. no dejas de sorprenderme.. Me gusta el estilo antipoético que utilizas
ResponderEliminarel primero llega como un obus al corazón del veraneo.. ahí estamos
Gracias estimado comentarista perpetuo. La verdad es que me gusta irle dando al verso y, si en lo otro (cuntos, novelas...) lo tengo difícil, en esto lo tengo más que claro. A la derecha están los links de la poetisas de "Maneras de recogerse el pelo", el libro de poemas de la "generación blogger" que os comenté en Campoamor y que te recomiendo. Algunas son verdaderamente fantásticas.
ResponderEliminarEsto es solo (como siempre) un intento.